The fight for water access in El Salvador

In El Salvador, the most densely populated country in Central America, more than 600,000 people do not have access to drinking water or sanitation service. 78% of the country’s river waters are polluted, and people in rural areas - especially women - are risking their lives traveling by foot to collect water from rivers because the State is not providing them with water service. The government has passed a new water law promising to improve water access, but many activists say the law is really about privatizing the service.

Las defensoras de la vida que se extingue en el lago Titicaca

El 2015 fue un año de alerta para el lago Titicaca que conecta a Perú y Bolivia a 3812 metros sobre el nivel del mar. Miles de ranas gigantes del Titicaca (Telmatobius culeus), peces y aves aparecieron muertos en el lado boliviano del segundo lago más grande de América del Sur. “Fue un llamado de alerta de lo que también puede pasarnos a nosotros”, recuerda Vilma Paye Quispe, de 48 años, que reside a sus orillas en la comunidad aymara de Sampaya, en Copacabana.

Lo que cuesta cada gota de agua a las mujeres en Panchimalco

No hay nada que una más a las mujeres de Panchimalco que la falta de agua potable. Aquí, tener un poco para beber es un lujo y un “sufrimiento”. Cada cinco u ocho días, el líquido brota por un par de horas de los grifos de las tres comunidades más distantes del centro de este municipio al sur de San Salvador: Panchimalquito, Pajales y El Divisadero. Quienes hacen las filas desde muy temprano, con suerte, se llevan a cuestas dos barriles de un pozo que abastece a unas 600 familias. “Tenemos que llegar primeras porque, si no, ya no queda nada”, asegura Verónica Alfaro mientras espera en el último cantón para recibir lo que sobra en el tanque.

Ellas socorren a El Salvador

Aliviar el dolor ajeno es la consigna de los Comandos de Salvamento. Desde hace 61 años, este cuerpo de 2.200 voluntarios en El Salvador es el primero en llegar a socorrer la crisis de los demás y, aunque se desconoce el número exacto de personas salvadas en terremotos, huracanes, incendios, accidentes de tránsito, tiroteos y hasta en el conflicto armado, lo han hecho sin diferenciar religión, ideología o estatus social. A cambio, el amarillo distintivo de su uniforme es una suerte de blindaje y refugio para quienes lo llevan en el país centroamericano, aún aturdido por décadas de violencia. Cerca de 650 mujeres lo vistieron en 2021, el 30% de la plantilla. Aunque es una cifra más alta que otros años, la paridad sigue siendo un reto.

La bióloga que refugia a un simio en extinción en su jardín

Cuando era niña, la bióloga Leyda Rimarachín (Cajamarca, Perú, 1983) vio por primera vez en su jardín al mono choro de cola amarilla (Lagothrix flavicauda), una especie que tiempo después peligraría. Su jardín son los bosques nublados a las alturas de Bagua Grande, en el Amazonas peruano, donde sus padres llegaron hace más de 35 años. “Mis juguetes eran las hojas, las flores y las raíces, y mi entretenimiento era ver especies que ni sabía que existían”, recuerda. “Por esos días abundaban. Al oírlos, automáticamente sabíamos que eran ellos, así que con mis hermanas los seguíamos por el bosque para comer los quijos [fruta similar a la granadilla] que se les caían de las manos”.

La odisea de salvar a un familiar de la covid-19 en Perú

“Cueste lo que cueste” no es una metáfora a la hora de buscar cama UCI en Perú. En el país que ya superó su récord de muertes diarias por covid-19, intentar salvar a un familiar puede costar lo mismo que un auto, una casa o incluso un riñón. Y cuando aun así el sistema de salud colapsa, sin cuidados intensivos, el último salvavidas para las familias es acudir a un contacto de poder, sea por medio de conocidos o redes sociales. Un privilegio al que, desde luego, no todos acceden.

La economista que ‘reprograma’ la vida de las mujeres en Brasil

Cuando la economista Mariel Reyes Milk (Lima, 1980) renunció a su empleo en el Banco Mundial, luego de 10 años, no estaba segura de qué haría. Pero sí sabía que quería reprogramar el mundo para las mujeres. “Me incomodaba que nosotras no estuviéramos creando las soluciones tecnológicas para tantos problemas que hay”, recuerda quien para ese entonces ya se había mudado a Brasil. Así que sin hablar portugués ni ser una experta en tecnología, fundó la iniciativa {reprograma} para enseñar a las mujeres más vulnerables de ese país a ser programadoras.

Una gallina contra el hambre en el Corredor Seco

Una gallina valiente. Así describe Vitalina Mejía a esta especie de ave criolla capaz de resistir al clima inhóspito del Corredor Seco de Guatemala. “Ellas aguantan hasta las tormentas”, asegura. Desde hace cinco años, la lideresa maya ch’orti’ cría gallinas pelucas o de cuello desnudo (Gallus domesticus nudicullis) en Chiquimula, uno de los epicentros de la hambruna en el país que tiene la tasa más alta de desnutrición crónica de toda América Latina.